Woody Allen: ¿Una tragedia clásica al revés?
Bruno Marcos
¿Pero qué pretende ahora Woody Allen?¿Una tragedia clásica al revés?¿Una tragedia sin catarsis?
El arribista personaje que protagoniza el nuevo film del neoyorquino aparece, en los primeros planos, leyendo, en la soledad de su apartamento londinense, a Dostoievsky –tal vez Crimen y castigo-; apenas unos segundos y arroja el libro para coger otro.
Al final de la película, cuando el obsesivo amante se ha convertido en criminal, de una forma extraña surge en la pantalla una escena fantasmal en la que las dos asesinadas se aparecen a su ejecutor. Una de ellas invoca su naturaleza de inocente a lo cual él homicida le responde con que era algo así como un daño colateral: “un pequeño número de inocentes –argumenta- deben ser sacrificados para que se establezca un orden mayor”. Luego, le pregunta si en ese sacrificio debía entrar su propio hijo albergado en la otra, él, entonces, cita a Sófocles en lugar de a Dostoievsky diciendo que evitar que alguien no nazca puede ser hacerle un favor.
Todo ello viene hilvanado por le idea de la suerte, esa pelota que toca en la red y que, dependiendo de la parte del campo a la que caiga, determina la victoria o la derrota.
Tanto la inesperada escena fantasmal como la teoría del azar me recuerdan en algo a Paul Auster y sus denodados intentos por recobrar el sentido de un mundo sin lógica.
Pero hay algo peculiar, en el caso de Match point los dioses no castigan al protagonista como a Edipo en la obra Sofoclea, al contrario repaganizados bajo la forma de la Suerte son favorables a su iniquidad hasta el punto de que sus designios tomen el caprichoso aspecto del azar.
¿Nos ha hurtado Woody el mensaje moral?
4 Comments:
no olvides que para W.A, el cerebro es su segundo órgano favorito
yo también fui un arribista amoral
no me estropees la peli que todavía no la he visto
pues si no la has visto no haberlo leído...ja
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